Mi guía de viaje: qué ver en la Provenza francesa en 5 días

Como la mayoría sabréis por mi Instagram, hicimos una escapada a finales de junio al sur de Francia. Concretamente a la conocida región francesa de la Provenza, aprovechando que comenzaba la temporada de los campos de lavanda.

Es una zona que teníamos ganas de conocer desde hace tiempo, no solo por los paisajes morados por lo que es famosa, sino por la cantidad de pueblos medievales que los rodean.

Y aunque tengo que decir que hay lugares en Francia que me impresionaron más como los Castillos del Loira, Saint Michel, o la ragión de Occinania con Saint-Cirq-Lapopie, es perfecta para visitarla en 4 o 5 días.

Así que os dejo mi guía de viaje de la Provenza por si en algún momento os animáis a conocerlo:

¿Cómo llegar?

Aunque lo más rápido es acceder a la zona a través del aeropuerto de Marsella y posteriormente alquilar coche aquí, nosotros decidimos hacerlo en nuestro coche desde Madrid.

Es una gran tirada, concretamente unas 10h hasta Aviñon, por lo que hicimos noche en Irún (que queda a 4h30 de Madrid) aprovechando para ver a nuestros amigos y madrugamos al día siguiente para llegar a comer a Arlés, nuestra primera parada.

También otra opción que barajamos fue dormir en Barcelona, que queda a medio camino, por si queréis valorarlo.

¿Qué visitar?

Arlés

Esta pequeña ciudad romana conserva en su casco antiguo uno de los anfiteatros romanos mejor conservados que he visto. Este colosal monumento preside el casco antiguo y del que parten preciosas calles llenas de tiendas, restaurantes o cafeterias. Precisamente fueron sus coloridos bistrós los que inspiraron uno de los cuadros más famosos de Van Gogh: Terraza de Café por la noche. El conocido pintor vivió durante un largo periodo en Arlés, por lo que encontraréis multitud de rincones que inspiraros sus obras como los bonitos jardines del Espace Van Gogh, Puente Trinquetaille sobre el Ródano o la Place Lamartine cuyo edificio lila, fue la residencia del pintor.Imprescindibles también su teatro romano, la Plaza de la República, su catedral o la Abadía de Montmajour .

 

Aviñon

Considerada la «capital» de la Provenza, fue uno de las ciudades más impresionantes que visitamos. Fue sede de la corte papal casi un siglo convirtiéndola en una de las ciudades más poderosas de Europa.

Su imponente Palacio Papal es muestra de ello y uno de los 10 monumentos más visitados de Francia y no le sobran razones para ello.  Desde la Catedral de Aviñon y el Petit Palace, situada junto al palacio podréis ver una de las vistas más bonitas de esta preciosa plaza. Muy cerquita de aquí, tendréis también la Plaza del Reloj, una encantadora plaza muy animada presidida por su eleganteTeatro de la Ópera y el Ayuntamiento. Pero sin duda, lo mejor de vuestra visita será perderos entre sus hermosas calles de estilo medieval, repleta de terrazas, restaurantes y comercio.

Aix en Provence

Aix en Provence es otra de las grandes ciudades de la Provenza, que muchos sitúan como su capital de la zona, al igual que Aviñon. De hecho por situación, nosotros fue uno de los lugares que barajamos como campamento base para visitar esta zona, ya que está bastante en el centro. Además, dicen que su clima es una maravilla durante todo el año!

Esta preciosa ciudad de origen romano tiene un encanto retro que es una delicia. Sus calles repletas de heladerías, tiendas con cestos de lavandas y coloridos cafés la convierte en otra de mis favoritas. Perderse por su casco antiguo o Barrio Mazarino es de las mejores cosas que podréis hacer. Atravesar su Cours Mirabeau, visitar el taller de Cezanne o comer en su famoso Les Deux Garçons es de las visitas más típicas.

Ansouis

Con Ansouis comenzábamos nuestra ruta de pueblos de la Provenza. Este bello lugar lo veréis rápido, por lo que mi recomendación es parar sólo si os pilla de paso, ya que a lo mejor es demasiado pequeño para invertir tiempo en vuestra ruta si no es así. Dominado por su castillo y protegido por sus murallas, encontraréis en su interior pequeñas casas contruidas entre los siglos XV y XVII debidamente restauradas por las que es agradable pasear para recorrerlo.

L’Isle-sur-la-Sorgue

Sin duda una de nuestras grandes sorpresas en este viaje por el sur de Francia y uno de los lugares más bonitos que visitamos. Esta pequeña ciudad es conocida como la Venecia de la Provenza por estar atravesada por varios canales salpicados por viejas norias llenas de musgo. Y ojo porque es un verdadero paraíso para los amantes de las antigüedades, ya que es la tercera ciudad en importancia en la red de anticuarios, después de Londres y París. Lo más bonito es perderos por sus calles y tomar un café en las preciosas terrazas que bordean el canal, pero ojo a sus museos: Nosotros al ir con el peque preferimos no entrar en museos pero si os gusta la costura ojo al Musée-boutique La Filaventure Brun de Vian-Tiran, una antigua fábrica textil en activo que os permitirá conocer todo sobre tejidos. O el Museo de Juguetes y Muñecas Antiguos que acoge más de un centenar de piezas originales de juguetes que datan de 1880 a 1930.

Gordes

Nuestra siguiente parada era Gordes, una de las joyas de la corona pues ostenta el título del «pueblo más bonito de la Provenza«. Y tengo que deciros que aunque su panorámica al llegar es impresionante, su interior nos decepcionó un poquito. Mi recomendación es que hagáis muchas fotos desde fuera, encontraréis paradas en los bordes de la carretera para disfrutar de sus miradores. Y una vez dentro recorrer sus pintorescas callejuelas empedradas rodeadas de casas con piedra amarilla hasta llegar su Castillo Fortaleza de Gordes y la Plaza Genty Pantaly, pues además de ser la zona más bonita de la localidad. Y que además se hizo famosa por ser el escenario de la película Un Buen Año de Russel Crowe. Otro de los sitios que más llamó mi atención fueron las bodegas y los jardines del Palacio San Firmin, nos quedamos con ganas de visitarlo, por si queréis consultarlo.

Ojo porque desde aquí podréis visitar la Abbaye Notre-Dame de Sénanque para ver una de las estampas más famosas de la Provenza

Saint Remy

Creo que para mí fue mi lugar favorito de la Provenza y con la suerte de que hicimos base cerquita de él (aunque en el alojamiento pincháramos un poco todo sea dicho). A medio camino entre Aviñón o arles y Aix en Provence, es de esos lugares que lo tienen todo. Buen clima y ambiente, multitud de restaurantes y cafés, calles animadas y con ese encanto francés provenzal que nos verás en ningún lugar más. O esa luz mágica que invade a todo Saint Remy y que lo baña en un dorado tan especial.

Por no hablar del mercado que llega a la ciudad cada miércoles. Cantantes, puestos de todo tipo inundan la ciudad y es una maravilla. Como siempre, en este tipo de poblaciones pequeñas, os animo a perderos por sus calles porque son realmente mágicas, pero si queréis algún lugar más en sus alrededores anotad: Les Antiques, o restos de la entrada a la ciudad romana Glanum con su Arco de Triunfo y el Mausoleo de Jules. El Château del Alpilles, un precioso hotel de cinco estrellas de estilo palaciego que podéis visitar o alojaros allí porque es maravilloso. O Les Baux de Provence, otra pequeña localidad encaramada en la piedra es otro de los pueblos más bonitos de Francia y que encontraréis a pocos kilómetros de Saint Remy

Campos de Lavanda

Valensole

La temporada de lavandas en la Provenza suele comenzar a mediados de junio y terminar a principios de agosto. No son fechas exactas porque depende mucho de la climatología, pero suele estar en torno a este periodo. En esta web podréis consultar de forma actualizada las fechas de floración de la lavanda, así como la cosecha y en función de ello planificar qué zonas visitar. En nuestro caso, la lavanda más temprana estaba en los alrededores de Valensole, un pequeño pueblo con una plaza con mucho encanto, repleta de pequeñas tiendas dónde comprar saquitos de lavanda y demás recuerdos. Un buen lugar para hacer tiempo antes o después de acudir a los campos de lavanda.

Llegando a esta localidad ya encontraréis un mar púrpura dónde hacer vuestras fotos, pero mi recomendación es que acudáis al amanecer o al atardecer. Es aconsejable que acudáis antes para localizar, pero también que esperéis a estos momentos por dos razones: las abejas que se alimentan en estos campos desaparecen y porque la luz del atardecer/amanecer es magia pura para vuestras fotos y retina. Veréis como estos campos pasan de un morado suave o a un íntenso púrpura, o al revés, en segundos!!!

¿Dónde dormir?

Me temo que en esta ocasión poco puedo recomendaros porque aunque acertamos con el Hotel Bristol de Aviñon. Muy bien ubicado para recorrer la ciudad andado, con parking justo en frente. reformado y con una habitación muy amplia. En caso de que viajeis con bebés, sabed que no tenían cunas pero la cama era bastante grande.

Sin embargo con nuestro campamento base de Saint Remy metimos la pata en la elección. Así que en esta ocasión no puedo recomendaros en este sentido porque escogimos un hotel rural cuya habitación no nos permitía abrir la maleta o el armario de lo pequeña que era. La limpieza no era tampoco demasiado buena y lo escogimos con piscina con la intención de poder relajarnos con el pequeño alguna tarde, pero esta estaba repleta de mosquitos. A pesar de que costaba algo más de unos 200€ la noche. Así que me temo que este caso no puedo aconsejaros. Lo lamento.

Pero que espero que el resto del viaje os sirva de utilidad para descubrir esta preciosa zona del sur de Francia.

Nos leemos pronto con un nuevo destino!

 

 

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