Siempre he sido una entusiasta de las bodas. Primero porque es una de las cosas con la que fantaseaba cuando era niña, no sólo por casarme con el amor de mi vida, sino porque ese día me convertiría en una princesa de verdad. Sin embargo, ahora no sólo me apasionan en ese sentido, sino por tener la posibilita de asistir como invitada.