El look más especial de mi blog: mi vestido de novia para nuestra reboda en Bali

Tengo tantas cosas que contar que no sé por dónde empezar. Así que lo haré por el principio.

Para todas aquellas que lleguéis aquí sin conocerme os preguntaréis: ¿qué es eso de una reboda? Es el término con el que he apodado a una nueva celebración con motivo de mi décimo aniversario de boda, que va mucho más que a una renovación de votos.

Y las que me conocéis hace tiempo sabéis que siempre he dicho que si me volviera a casar, entre las diseñadoras que valoraría, estaría Alicia Rueda. Lo he repetido infinidad de veces pensando que jamás podría vivir ese momento.

Sin embargo, el destino albergaba otros planes para mí, porque no sólo tenía que ser ella, sino que, sin querer, fue una de las impulsoras de este disparatado plan de reboda.

A principios de año, en un evento en el que coincidí con Alicia, le comenté que mi marido quería que hiciéramos una nueva celebración importante por nuestro décimo aniversario, que era en agosto de este 2024. Pero yo le comenté que no estaba muy convencida de ello porque no sabía si procedía, ni qué hacer.

Y Alicia me respondió: la vida te da muy pocas oportunidades para celebrar, así que hazlo.

Sin pensarlo mucho nos pusimos a hablar de ideas, pues había mil formas de hacerlo. Y entonces pronunció las palabras mágicas: si te animas en algún momento, ya sabes dónde estoy. Y ahí quedó todo.

Lo que no sabía es que Martín ya tenía comprado el anillo y que, pocas semanas más tarde, me volvería a pedir matrimonio por San Valentín.

Sí, como leéis, hubo también repedida y con las mismas lágrimas y emoción que la primera vez. Así que adivinad, a quién escribí nada más despertarme al día siguiente para enseñarle en anillo.

Estaba decidido, queríamos hacer una segunda boda, pero en esta ocasión más íntima. El lugar elegido fue la Cascada de Nungnung de Bali, aprovechando nuestras vacaciones.

El lugar era mágico por lo que mi vestido tenía que ir muy en sintonía con ello. Tuve claro que quería una ceremonia de estilo bohemio y guardé un montón de ideas que Alicia Rueda puso en orden.

Mi segundo requisito, era que quería que fuera un diseño muy Alicia Rueda, pues soy una fiel y amante seguidora de su trabajo desde hace años. Por ello tampoco quería ir con una idea demasiado concreta, sino que quería que ella me guiara y lo hiciéramos juntas. Y no sabéis el camino tan hermoso que recorrimos.

De hecho Alicia se encontraba con un reto, pues estaba ante ya una novia muy enamorada de su primer vestido de novia y que de forma inconsciente siempre tiraba hacia ideas similares. Sin embargo, ella como gran profesional que es, supo encontrar el equilibrio perfecto entre mis ideas (para que tuviera ciertos guiños a ese diseño de 2014) pero un vestido totalmente diferente.

Desde el principio tuvimos claro que uno de los grandes protagonista de la reboda era el lugar. Esa imponente cascada rodeada de una intensa vegetación necesitaba un vestido acorde al escenario, lo que nos llevó al estilo boho. Algo cero encorsetado y mucho más relajado y fresco para un segundo compromiso. Sin embargo, teníamos que tener mucho cuidado porque aquí dónde me tenéis no soy muy fan de los encajes o bordados  y es uno de los elementos más identificativos de este estilo, pero por alguna razón es como me imaginaba así en esta ocasión.

Bajo esta premisa, Alicia trabajó en dos bocetos que probé en forma de toile y que nos ayudó a decantarnos por la versión con mangas y espaldaza. Pues yo sabía que la mayor parte de las fotos iban a ser desde atrás. Y lo cierto, es que amo los diseños con espalda, pues es mi escote favorito.

Sabíamos que el paso siguiente era el más importante: la elección del tejido, pues iba a tener el mayor peso en el diseño. Y aquí Alicia hizo su magia tras contarle qué tipo de bordados me gustaban más, encontrando el encaje perfecto. Os juro que no nos volvimos locas viendo muchísimos ejemplos, sino que ella misma escogió 3 opciones, sabiendo que la perfecta era esta. Y yo me enamoré.

En cuanto a la silueta, yo le pedí replicar el corte a la cadera de mi primera boda porque sabía que es el patrón que mejor suele sentarme. También tenía claro que quería hombreras pues me ayudan a disimular mi estrecha espalda y equilibra la figura. Y lo tercero que tenía claro es que no quería una falda sin más, sino que tuviera algo especial. Y entonces ella hizo su magia y empezó a hablarme de transparencias y huecos de tejido que, yo no lograba visualizar del todo, pero con la confianza ciega puesta en ella. Solo Alicia era capaz de hablar de transparencias en una novia y saber que el resultado sería perfecto.

Y el resultado fue este, un vestido de novia en encaje con transparencias sobre tul nude, que le daba un color más rosado a todo el diseño y suavizaba esa transparencia. La clave estaba en los estratégicos cortes de tejido que  ocultaban lo necesario y dibujaban una silueta preciosa. Estos, nos ayudaron a añadir copas ocultas en la zona del pecho y hombreras. La falda era otra joya pues tenía una mezcla de tejidos preciosa: el encaje que daba continuidad al resto del vestido pero que se alternaba con la gasa de seda para darle movimiento. Era una pasada de verdad.

Sin embargo, el broche de oro estaba en la espalda. Un precioso escote con los bordados cuidadosamente escogidos cuya terminación silueteaba toda la abertura. Solo tenéis que fijaros en su borde que está perfectamente acabado con el encaje. Si esto lo unimos a la preciosa cola con la mezcla de tejidos, el resultado es brutal.

Y os juro que cuando ya pude probar el vestido FLIPEEEEEEEEE. De hecho mi primera reacción fue suavizar las transparencias y ceñir la manga, pero a medida que me veía con él durante la prueba, más me gustaba. Os lo juro. Es que me parecía perfecto. Creo que no le pedí ningún cambio aparte de algún ajuste que ambas proponíamos.

Os

Porque amigas, esto es lo bueno de una reboda: la ausencia de protocolos o formalismos en el estilismo, por lo que puedes ser muy tú y hacer simplemente lo que quieras. Y eso es lo que yo hice. Si a la Sandra de hace 10 años le hubiera dicho que se casaría con transparencias y encaje, me hubiera llamado loca. Sin embargo también sé que al ver el lugar y el diseño, también se enamoraría de ello.

Así que teníamos cascada, vestido y ahora necesitábamos los accesorios.  Lo cierto es que fue muy sencillo, porque al verme con el vestido enseguida me visualicé con los pendientes de cadena y hojas con circonita de Acus Complementos. Ya los había estrenado para un shooting, pero no por ello me parecían menos apropiados. Y así eran mi «algo viejo».

De hecho, confirmaron mi elección cuando acudí a Javier Gonzalo para diseñar mis sandalias. Al ser un terreno tan complicado, sabía que lo más recomendable sería cuñas o tacón ancho. Sin embargo, el vestido era tan especial que no me veía con ello por lo que pedía a Javi alguna alternativa. Él enseguida me propuso un tacón trapecio que estaba a medio camino y resultaba super elegante. También conocía mi necesidad de sujeción del empeine por el pie tan finito que tengo por lo que me enseñó un boceto de un nuevo diseño que cumplía con estos requisitos que me encantó. Y le propuse añadir como tiras laterales los pendientes de Acus para hacerlo aún más original y fuimos a por ello en un tono champán que encajada con la tonalidad del vestido. Y os juro que no podían ser más cómodos. No solo subí las 500 escaleras, sino que trepé por las piedras y por el suelo de tierra sin ningún problema. Realmente recomendables.

En cuanto al ramo, venía en el pack de las flores de la boda de Balibodas por lo que el único apunte que les hice es que concordase con el resto de la deco, y así fue. Un elegante buquet desestructurado de rosas blancas que siempre funciona.

Por último tenemos que hablar del sencillo beauty. Un maquillaje muy ligero con ojos en tonos tierra y eyeliner en negro para enmarcar la mirada y que me hice yo misma. El toque más especial recaía en el labial, pues fue el mismo que mi boda. En cuanto al cabello, también lo tenía claro: melena suelta con ondas desestructuradas (a pesar de que lo más acertado hubiera sido llevarlo recogido por la humedad). Algo de lo que era muy consciente pero quería ser muy yo y tampoco quería armar el outfit en exceso, por lo que también me pedía el total look un pelo suelto a gritos y así lo hice. Y tengo que decir que me duró más de lo esperado. Solo cuando llegamos a la parte más cercana a la cascada fue cuando tuve que hacerme una improvisada coleta por la humedad, pero tampoco me importó.

Menudo testamento acabo de dejaros pero quería que entendieseis todo el proceso y el significado tan especial de este precioso vestido de novia de Alicia Rueda, que está sin duda a la altura del primero o más! GRACIAS AMIGA POR HACER OTRO SUEÑO REALIDAD.

Así que, además de las preciosas fotos del vestido, quiero dejaros alguna del proceso y las pruebas en Love in the Air de Madrid donde Alicia Rueda dispone de colección y tiene la entrevista con sus novias madrileñas y por supuesto, en su atelier de Bilbao. Es un recuerdo que guardaré para siempre y que me apetecía compartir con vosotras.

Espero que os guste el que es el look más especial desde que me dedico a esto.

Look

Vestido
Alicia Rueda

Zapatos
Javier Gonzalo

Pendientes
Acus Complementos

Ramo y peluquería
Baliboda

También te puede interesar: