No sé si os habéis percatado que amo a los zapatos por encima de todas las cosas. No se si la culpa es de Carrie Bradshaw o de Cenicienta, pero tengo una debilidad especial por ellos.
Yo creo que esto me sucede porque es la parte que más poder ejerce en mi indumentaria. Es decir, puedo ponerme unos vaqueros y una blusa blanca con unos botines bajos y sentirme cómoda y con la fortaleza de que puedo hacer de todo: caminar, correr, pasear, etc. Pero si, por lo contrario, me calzo unos buenos salones, mi estilo, mi humor, mi autoestima y seguridad cambian por completo y me dan ganas de conquistar el mundo.