Maria y Fitzgerald se conocieron en 1998, ambos veraneaban en el mismo pueblo y allí se enamoraron con la intensidad que conlleva un primer amor, sin embargo María sabía que sería mucho más que un simple romance de verano. Pero con la finalización de las vacaciones, cortaban todo contacto hasta el verano siguiente, pero estos encuentros pararon cuando María se fue a la universidad y él dejó de veranear allí.
El destino quiso que ocho años más tarde volvieran a encontrarse para no separarse más. Y con la llegada del 33 cumpleaños de María, recibió su mejor regalo: el sueño de casarse con Fitzgerald.