Nuestra segunda boda de la temporada nos hacía desplazarnos hasta nuestra querida Galicia. Se casaba uno de los amigos de Martín y no podíamos faltar en su gran día.
La boda era de mañana y la climatología en esta época siempre suele ser una lotería, pero en el norte tiende más a refrescar. Por lo que tuve claro que iría de manga de larga, preferiblemente finita, de las que no estorban si hace calor.